En efecto, no estás teniendo un déjà vu. Este hombretón que protagoniza el visual del perfume masculino Davidoff Cool Water es un Eastwood. Pero no Clint, sino Scott, hijo del famosísimo actor y director de cine.
Davidoff ha elegido a Scott Eastwood para representar los valores del hombre Cool Water, que se caracteriza por ser un tipo realista, seguro de sí mismo, natural y deportista. Valores con los que el actor se identifica plenamente. A pesar de haber vivido siempre con la presión que supone tener un padre famoso, Scott se declara un tipo sencillo, que disfruta de una vida relajada al sur de California, practicando natación, buceo y surf. Podría haber tenido una vida acomodada, pero nada más lejos de la realidad, ya que los valores tradicionales de su padre pesaron mucho en su educación. El propio Clint se encargó de dejarle claro que se tendría que buscar la vida por sí mismo:
«Mi padre no me ha dado nada gratis. Me ha hecho trabajar cada dólar que me ha dado».
Así, Scott ha sabido buscarse la vida como camarero y aparcacoches, hasta que surgió una oportunidad de verdad en el cine. Las primeras películas en las que le pudimos ver fueron en las de su padre, Banderas de nuestros padres, Gran Torino e Invictus, pero ya ha tenido ocasión de hacer su primer protagonista en la recién estrenada El viaje más largo. Y todavía le quedan pendiente de estreno Snowden, dirigida por Oliver Stone; y Suicide Squad, dirigida por David Ayer.
Cool Water
A sus últimos éxitos en el cine, Scott suma este año la colaboración con Davidoff Cool Water, fragancia para la que ha protagonizado la campaña de publicidad, firmada por el fotógrafo Nathaniel Goldberg. El spot ha corrido a cargo de Jeffrey Darling, director comercial, y Don King, cinematógrafo experto en escenas acuáticas. El lema elegido: Lo que hace al océano, hace al hombre.
Además, Scott también ha respaldado la iniciativa Love the Ocean, una campaña de la sociedad National Geographic con la que Cool Water de Davidoff está colaborando y cuyo objetivo mundial es proteger al menos el 10% de los océanos para 2020.
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