Un plan más que recomendable en verano es acercarse a los campos de lavanda de la Alcarria, en Brihuega (Guadalajara), ya que es en esta época del año cuando las flores están su apogeo y crean la estampa de un mar de color lavanda que vibra bajo el sol y despliega un aroma fragante y delicioso. Además, en el mes de julio se celebra el Festival de la Lavanda, un evento que combina música y gastronomía en este entorno idílico, ya que los asistentes pueden disfrutar de los conciertos en los mismos campos de lavanda.
Festival de la Lavanda 2019
El Festival de la Lavanda de Brihuega es un evento que nos invita a disfrutar de una experiencia multisensorial para el disfrute de nuestros sentidos, ya que combina buena música, la fragancia de los campos de lavanda y la deliciosa propuesta gastronómica de un chef con estrella Michelin. El Festival coincide con el inicio de la recolección de la lavanda, que es cuando los campos están en todo su esplendor y cuando el aroma de esta planta se percibe con mayor intensidad. Al caer la tarde, los asistentes, todos vestidos de blanco, ocupan sus asientos colocados estratégicamente entre planta y planta para que el impacto sea el menor posible y las flores no resulten dañadas, y da comienzo el concierto… Este año, los artistas invitados son Luz Casal, que actuará del viernes 19 de julio, y el grupo Ketama, que tocará el sábado 20 de julio (ambos conciertos serán a las 21:00).
Para poner el broche final a la velada, el chef Dani García será el encargado de orquestar la cena vip, con un menú en el que jugará con productos de temporada y productos locales.
Las entradas están a la venta en www.festivaldelalavanda.com.
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Lavanda, el olor del bienestar
¿Qué os transmite el olor a lavanda? A mí me produce una sensación de frescor, limpieza y bienestar. Es una planta muy apreciada en perfumería por su fragancia herbácea, aromática y floral y forma parte de un acorde clásico, el fougère, que es considerado el precursor de la perfumería alcohólica masculina. Aporta a las composiciones un frescor natural y de campo.
De la lavanda se aprovechan sobre todo las hojas y las flores que es de donde, mediante destilación, se extrae el aceite esencial.
Variedades de lavanda:
En la Alcarria se cultivan las variedades de lavanda fina, lavanda maillette, lavanda B7, lavanda matherone, lavandín súper, lavandín grosso, lavandin abrial y espliego o lavanda spika.
Lavanda
En perfumería selectiva se utiliza sobre todo el lavandín súper y la lavanda. La lavandula officinalis es la que tiene una esencia más fina.
Lavandín
Los lavandines son el producto de cruces entre diferentes lavandas y espliego (lavándula latifolia): es un híbrido y por tanto no tiene semilla, es un cruce de lavanda latifolia y de lavanda angustifolia, y se reproduce a partir de esqueje.
Lavandín grosso
El lavandín grosso es más utilizado en perfumería funcional.
La lavanda y los lavandinos, en diferentes dosis, están presentes en un 80% de las fórmulas de perfumería. La variedad más apreciada es la lavanda 40/42 francesa, por su finura y su carácter floral. Y dentro del grupo de los lavandinos, el súper también es el más apreciado en perfumería, mientras que el lavandino grosso es más utilizado en perfumería funcional.
En la Alcarria se cultivan las variedades de lavanda fina, lavanda maillette, lavanda B7, lavanda matherone, lavandín súper, lavandín grosso, lavandín abrial y espliego o lavanda spika.
El proceso del aceite esencial
La planta de lavanda necesita tres años para empezar a ser productiva. Durante el primer año se abona y riega ligeramente para potenciar su enraizamiento. Al llegar el segundo año ya se puede hacer la primera cosecha mediante una máquina especial que recorre los surcos y corta los tallos y las flores de la parte superior y media de la planta de lavanda. Esta misma máquina muele flores y tallos y los deposita en un remolque adaptado que lo transporta a la planta de destilación. Allí una tapa especial cierra este remolque cuyo contenido es sometido al vapor para ser destilado. Este vapor que contiene el aceite esencial pasa por un serpentín donde el aceite se vuelve al estado líquido y se recoge en un vaso florentino.
Se trata de un proceso semiartesanal que conserva las mejores cualidades naturales de esta rica planta.
La lavanda adquiere sus mejores condiciones aromáticas después de 3 meses destilada. Este proceso puede reducirse de manera industrial sometiendo el aceite a un enfriamiento con nitrógeno. Se somete a un enfriamiento durante 24 horas para eliminar lo que los profesionales llaman «olor a caldera».
En cuanto al rendimiento por tonelada depende de las variedades: en el caso de la lavanda se obtienen entre 8 y 10 kilos de aceite esencial por tonelada; en el caso de los lavandines se puede llegar a 20 kilos y en la lavanda grosso a los 35 kilos. El rendimiento del espliego puede ser de unos 10 kilogramos.