El prestigioso diseñador de zapatos, famosos por sus altos tacones y suelas de color rojo, ya se ha bautizado en el universo de la cosmética. Fruto de su alianza con la compañía estadounidense Batallure Beauty, ha dado sus primeros pasos en el mercado. El primero, poniendo a la venta en su tienda de la Quinta Avenida de Nueva York, Rouge Louboutin, una laca de uñas de un rojo que se adapta a todos los tonos de piel. El packaging, hecho a mano, es un objeto de colección: la tapa se inspira en el tacón de Ballerina Ultima, 20,5 centímetros, el más alto que ha firmado el creador. Una publicidad, realizada por el director David Lynch, se ha difundido vía online este verano para darle notoriedad. Recientemente ha presentado la colección completa de lacas, dividida en tres categorías: Los Pops, Los Nudes y los Negros. Y ha ampliado la comercialización desde los EEUU a Europa y Oriente Medio. El siguiente movimiento será la puesta en marcha de una boutique dedicada a la cosmética en París, concretamente en la galería Véro-Dodat. Tal y como avanza la responsable de Batallure Beauty, Robin Burns-McNeill: «Este es el comienzo de un verdadero negocio de la belleza de lujo».
Plataforma de despegue
El zapatero parisino ha construido una prestigiosa reputación en los últimos 20 años que se traduce en casi un millón de pares al año. Estados Unidos es su principal mercado, pues genera el 43% del negocio. Le sigue Europa y Oriente Medio, con un 41%, y Asia, con el 16%. Louboutin cuenta con 55 tiendas propias repartidas por todo el mundo y se comercializa en otras 150 boutiques multimarca. El grupo preve abrir 15 tiendas más en los próximos doce meses. Teniendo en cuenta su proyección, los expertos calculan que su línea cosmética generará una facturación de tres millones de dólares en su primer año.