Antonio Puig Planas ha fallecido hoy en Barcelona a los 94 años de edad. Era el mayor de los cuatro hijos del fundador del grupo Puig, Antonio Puig Castelló, y su mujer Julia Planas. Desde bien temprano fue formado para dirigir la empresa familiar, donde ejerció su gestión plasmando su sensibilidad por el arte.
Nacido en Barcelona en 1924, Antonio alternó sus estudios de ingeniería industrial, con el trabajo en la fábrica familiar al término de la Guerra Civil. Completada su formación, que incluyó estudios de perfumería en Grasse, se incorporó de pleno al negocio llegando a ser presidente de la empresa.
Casado con María Soledad Rocha y padre de Manuel Puig, fue el responsable de la introducción del diseño industrial en la compañía –revolucionó el diseño de los frascos en colaboración con André Ricard– y, junto con su hermano Mariano, promovió su actividad a escala internacional con el fin de compensar las dificultades que entonces existían para importar esencias que estaban dañando el negocio.
En 1975 participó en la creación de los Laboratorios Isdin, empresa dedicada a la dermocosmética llegando a ser consejero durante más de 25 años.
Pasión por el arte
A lo largo de su vida, Antonio compaginó sus responsabilidades en la empresa con su pasión por el arte, especialmente la pintura y la escritura, que descubrió siendo niño entre las amistades que su padre trabó con varios artistas, entre ellos el pintor Jaume Mercadé. Precisamente, fue el hijo de Mercadé quien le enseñó a pintar. «Mi padre intuía que la perfumería y el arte iban ligados. Nos dio mucha libertad para encontrar nuestro camino», recordó en vida Antonio. Su obra pictórica evoluciona desde el fauvismo al cubismo, mostrando predilección por los paisajes y el retrato. En el año 2000, llegó a exponer 50 de sus obras en la galería Artur Ramón de Barcelona.