El informe sobre la guerra de precios en Francia elaborado por IRI subraya cómo la política de reducir precios no siempre conduce a un incremento de las ventas ni mejora la rentabilidad.
La guerra de precios en el sector de gran consumo en Francia debe servir de lección a fabricantes y distribuidores en otros países europeos, entre ellos España, que experimentan un estancamiento de precios en gran consumo y se encuentran en las primeras etapas de una guerra de precios.
En el país vecino, la deflación se ha situado alrededor del 2,6% en hipermercados y supermercados desde el inicio de la guerra de precios, pero no ha impulsado el consumo ni ha mejorado los resultados de la distribución. El precio no es la palanca de ventas más eficaz, sino la tercera, por detrás de un amplio surtido y de las promociones.
En todos los segmentos se han bajado los precios, pero no con el mismo resultado. Por ejemplo, en las categorías de productos de limpieza, higiene y belleza, la reducción de precios combinada con acciones promocionales, se ha traducido en una subida de las ventas.
Otra conclusión es que los consumidores han vuelto a adquirir marcas de fabricante, al presentar un precio más similar a las marcas del distribuidor.
A corto plazo, el consumidor ha sido el principal vencedor, pero podría terminar perdiendo en el largo plazo, porque la menor rentabilidad está afectando a los niveles de variedad e innovación del surtido.