Issey Miyake escribe un nuevo capítulo olfativo de la saga Fusion d’Issey, fragancias que evocan las fuerzas de la naturaleza y los contrastes con una fusión de notas olfativas que producen sensaciones encontradas de frescor y calidez. Con Fusion d’Issey Extrême descubrirás un perfume masculino con una nueva intensidad.
Nuevo capítulo olfativo de Issey Miyake: Fusion d’Issey Extrême
Nathalie Lorson ha compuesto una nueva partitura olfativa para Issey Miyake, un fougère lleno de contrastes que opone la frescura del agua y la calidez volcánica, gracias a un acorde solar ambarino.
La fragancia comienza con una salida hespéride, con esencia de bergamota condimentada con cardamomo que aporta una sensación glaciar. El corazón aromático combina la frescura de la menta con un acorde solar, una suave nota de coco y una refrescante nota de lavandín. En el fondo, maderas volcánicas, esencia de sándalo y pachulí, que refuerzan la sensación de profundidad.
«En este perfume se desvela la interpretación del hielo volcánico. Las notas escarchadas atraviesan el perfume para unirse a una esencia mineral solar que se sumerge en un mundo volcánico submarino. He querido reflejar este breve impacto, como si el magma se sumergiera en un agua helada», explica la perfumista.
Pirámide olfativa
Notas de salida
Bergamota y cardamomo
Notas de corazón
Menta, coco, lavanda, acorde solar.
Notas de fondo
Sándalo y pachulí.
Fecha de lanzamiento: año 2021.
Por si te lo estabas preguntando… ¿Cuál es la diferencia entre Fusion d’Issey y Fusion d’Issey Extrême?
La perfumista Nathalie Lorson, nos responde: «En esta nueva creación, el contraste es aún más marcado. La fragancia comienza con una salida hespéride con esencia de bergamota que se condimenta con cardamomo para aportar una sensación glaciar. El corazón aromático se estructura en torno al acorde solar que contrasta con la frescura de la menta. La nota suave del coco se mantiene, pero con mayor textura. Es más intensa y refrescada por una nota de lavandín. En el fondo se descubre la intensidad de las maderas volcánicas, entre suavidad y vigor con esencia de sándalo y pachuli. Un contraste más acentudad que aporta profundidad».
Una roca surgida de la lava
Para el diseño del frasco, Issey Miyake juega con los elementos que originan el perfume, un volcán estallando y, emergiendo de entre las aguas, nace el frasco con la tonalidad de la obsidiana negra. Así, la fragancia se origina a partir de la fusión de la lava con el agua. El tapón, de color negro, simula ser una piedra de obsidiana tallada.
La tipografía naranja destaca sobre el azul intenso del vidrio, jugando con la idea de la lava que brilla al entrar en contacto con el agua.