La compañía líder del mercado de belleza L’Oréal apuesta por el segmento selectivo. La agencia Reuters informa de que L’Oréal negocia con Clarins la compra de las marcas de fragancias Mugler y Azzaro. «La categoría de perfumes está en el corazón de nuestra estrategia global de crecimiento en L’Oréal Lujo. En este contexto, nos encantaría dar la bienvenida a Mugler y Azzaro», ha afirmado el director general de la división, Cyril Chapuy. «Estas firmas, con una larga historia en la moda y las fragancias, completarían perfectamente nuestra cartera de marcas», ha añadido.
L’Oréal negocia en exclusiva la compra de Mugler y Azzaro
Aunque no se han revelado detalles financieros, debido a la discreción obligada en toda negociación, es obvio que la multinacional francesa está muy cerca de cerrar la operación con la que pretende reforzar la división de lujo, ahora mismo el motor de su crecimiento, ante el lento retraimiento de su negocio de gran consumo. En este caso, L’Oréal busca potenciar el eje de fragancias, con dos marcas muy interesantes que impulsarán notablemente su facturación, mientras que Clarins concentrará todos sus recursos en las categorías de cuidado de la piel y cosmética de color.
Azzaro, fundada por el diseñador Loris Azzaro en la década de los 60, ha desarrollado un catálogo en el que el brillo de las fragancias masculinas ha eclipsado a las femeninas, con clásicos como Azzaro pour Homme y Chrome, y la más reciente Wanted. El diseñador Thierry Mugler se alió con Clarins para desembarcar en el mundo del perfume con Angel, una composición gourmand que reventó los esquemas de la perfumería en 1992 tanto por su estela de algodón de azúcar como por su frasco, una estrella de cristal cuya fabricación supuso uno de los retos más apasionantes de la historia de la perfumería. Con el paso de los años, Mugler ha atesorado una de las colecciones olfativas con más personalidad, que cuentan con una legión de fieles consumidores.
La cartera de L’Oréal Lujo
El portafolio de L’Oréal de Lujo aglutina más de una veintena de marcas, que abarcan las categorías principales del canal selectivo (fragancias, color y cuidado de la piel) así como distintos perfiles. Desde las más tradicionales como Lancôme, Biotherm, Cacharel o Giorgio Armani, hasta las más modernas, como Viktor&Rolf, Maison Margiela y Proenza Schouler, pasando por las marcas nicho, como Atelier Cologne, y las firmas más jóvenes que se han visto aupadas por las redes sociales, como Urban Decay o IT Cosmetics. Sin olvidar las fragancias de Valentino, tras hacerse con la licencia que gestionaba Puig hasta finales de 2018. Sin duda, un amplio abanico para cubrir un gran espectro de perfiles y sensibilidades.
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El hecho es que en el ejercicio 2018, las ventas de L’Oréal Lujo crecieron un 10,6% hasta los 9.387 millones de euros, una cifra equivalente al 34,8% del negocio total de la multinacional. Es decir, cada año está más cerca de alcanzar a la división de gran consumo (44,7%), cuyo peso va menguando progresivamente.