No estábamos acostumbrados a asociar los términos microbioma y microbiota al ámbito de la belleza y la cosmética, pero de un tiempo a esta parte se han convertido en unos conceptos habituales en este contexto. No en vano, la marca española Isséimi, especializada en cosmética profesional, cuenta con una línea completa de productos formulados con ingredientes de origen natural que protegen el microbioma de la piel.
Para entender mejor a qué nos referimos cuando hablamos de proteger el microbioma, vamos a empezar por aclarar estos conceptos:
¿Qué es la microbiota?
Se trata del conjunto de microorganismos que viven en asociación con un organismo, en nuestro caso, el cuerpo humano. La microbiota está compuesta por diferentes microorganismos que coexisten en el interior, la superficie, las mucosas y las cavidades del cuerpo humano, conformando comunidades que proporcionan un equilibrio a la zona en la que habitan.
Sus funciones son variadas y muy necesarias para la salud:
- Sintetizan vitaminas.
- Descomponen alimentos para la obtención de nutrientes.
- Son capaces de reconocer las sustancias peligrosas y tóxicas.
- Combaten los desequilibrios biológicos y actúan en la prevención de enfermedades.
¿Qué es el microbioma y por qué es importante protegerlo?
El microbioma es el conjunto de información genética derivada del estudio de la microbiota. Estudios recientes han demostrado que existen más genes derivados de la microbiota que del propio genoma humano y que pueden tener un impacto directo en nuestra salud.
Cada individuo tiene su propio microbioma, le acompaña desde antes de su nacimiento y evoluciona a lo largo de su vida. Tanto la microbiota como el microbioma se pueden alterar por diversos factores, incluidos los genéticos, hábitos de higiene, la forma de alimentación, el nivel de estrés emocional o la actividad física, entre otros muchos.
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El microbioma de la piel
Pero si nos ceñimos al ámbito que nos ocupa, el microbioma de la piel es un componente esencial de la barrera cutánea, actúa impidiendo la colonización de agentes patógenos. Agentes que, por otro lado, también regulan nuestro sistema inmune.
En la piel saludable el microbioma es estable y cumple con sus funciones. Sin embargo, es frecuente que se desestabilice por motivos como los que hemos expuesto anteriormente: estrés, malos hábitos de higiene, peso y dieta, agentes contaminantes… haciendo que no realice adecuadamente sus funciones de barrera y la piel se vuelva más sensible.
Esta pérdida del equilibrio puede desencadenar una dermatitis atópica, psoriasis, acné, caspa o rosácea. En este caso tenemos varias opciones para restablecer el microbioma dañado:
- Antiobióticos: limitan el crecimiento de patógenos.
- Probióticos: microorganismos vivos del microbioma.
- Prebióticos: nutrientes para el microbioma.
- Postbióticos: extracto de biomasa bacteriana no viable que regula el comportamiento de los microorganismos de la piel.
- Principios bioactivos: inhiben la formación de biofilm de los microorganismos potencialmente patógenos.
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¿Cómo protege el microbioma la línea natural de Isséimi?
La gama de productos Isséimi Nat (excepto el tónico y el aceite de chía) está formulada con compuestos de origen natural como los esteres de jojoba y cera de abeja que actúan de varias formas sobre el microbioma de la piel:
- Sus componentes actúan como un prebiótico, por lo que las bacterias de la microbiota los pueden utilizar como sustrato. De esta forma, beneficia a las comunidades microbianas de la piel y nutre y estimula el crecimiento de los microorganismos ya existentes.
- Las ceras de jojoba y abeja protegen las bacterias de la microbiota cutánea preservando su micro-hábitat. A la vez, evitan el efecto que pueden tener diversos factores físico-químicos como el pH de la piel, la humedad, el contenido lipídico o agentes externos sobre su equilibrio, además de acelerar su capacidad para reequilibrarse.
- Estos compuestos forman un film superficial sobre la piel que evita que el polvo y las partículas se adhieran. Así, actúan directamente sobre los mecanismos de invasión, pues esta adherencia es el origen de la mayoría de las infecciones.
Estas sustancias poseen además propiedades hidratantes, mejoran la textura de la piel, la calman y reducen su sensibilidad. Son también una buena alternativa antipolución y se adaptan al clima y los diferentes tipos de piel.
Así son los productos de la línea Isséimi Nat
La gama Isséimi Nat incluye ocho referencias que protegen el microbioma de la piel:
- Leche Limpiadora Natural con rosa mosqueta, limpia y desmaquilla en profundidad todo tipo de pieles.
- Aceites de Jojoba (para piel seca); Rosa Mosqueta (pieles deshidratadas) y Baobab (pieles grasas).
- 3 Flowers Serum, un aceite formulado con extracto de azahar, hidrolato de lavanda y extracto de hamamelis. Es astringente y antioxidante, mejora la microcirculación y está indicado para pieles sensibles o reactivas.
- Tres cremas:
- 365 Night Repair, antiedad, con ácidos de uva italiana.
- Chía Detox, hidratante con aceite de chía para pieles sensibles, irritadas o reactivas.
- Pure Marine Water, con agua termal marina, cera de abejas y de jojoba. Remineraliza y cierra el poro, evitando que se obstruya por la contaminación
En definitiva, el equilibrio del microbioma es clave tanto para la salud como para el estado óptimo de la piel. Cuando está equilibrado, la piel es capaz de defenderse (libera proteínas antioxidantes y proporciona una defensa antimicrobiana); regularse (regula el exceso de inflamación) y de recuperarse (favorece la cohesión de la epidermis y refuerza la barrera de la piel para que sea más resistente).