Cumbre Cosmética sobre los retos que afronta la industria en Europa

Cumbre Cosmética, Stanpa

El sector cosmético se reunió ayer, 11 de mayo, en la sede española de la Comisión Europea, con el objetivo de poner en común los próximos retos de la industria en una Cumbre Cosmética. El encuentro, organizado por Stanpa, ha servido de anticipo de la próxima presidencia española del Consejo de la Unión Europea.

Cumbre Cosmética para debatir los retos de la industria en Europa

La industria cosmética, representada por Stanpa, repasó los retos del sector así como los próximos cambios regulatorios a los que se enfrenta, junto a representantes comunitarios y autoridades de la industria. El encuentro puso de manifiesto las relaciones de la industria nacional con Europa y el compromiso conjunto para avanzar en sostenibilidad, innovación y competitividad.

El encuentro dio comienzo con Maciej Berestecki, portavoz de la Representación de la Comisión Europea en España, quien abordó la política energética europea y el Plan Industrial del Pacto Verde, la hoja de ruta para transformar la industria europea en cero emisiones. Por su parte, Val Díez, directora general de Stanpa, resaltó la importancia del sector cosmético a nivel económico y social, una industria en la que Europa es líder mundial. Hizo hincapié en la creación de valor de la industria cosmética, sustentada en la I+D+i y en la sostenibilidad. Concluyó subrayando “el compromiso del sector para que esa creación de valor de la cosmética tenga impacto en la agenda europea, en la presidencia europea y en la vida diaria de los consumidores”.

Cumbre Cosmética, Stanpa
Val Díez, directora general de Stanpa.

La directora técnica de Stanpa, Pilar García, moderó una interesante mesa redonda acerca de los retos del Reglamento Europeo de Cosméticos en la que participaron Hans Ingels, jefe de unidad de productos químicos y cosméticos, dentro de la Dirección General de Mercado Interior, Industria, emprendimiento y PYME de la Comisión Europea; John Chave, director general de Cosmetics Europe, y Carmen Ruiz-Villar, jefa de la unidad de productos sanitarios y cosméticos de la AEMPS.

Ingels destacó los beneficios del Reglamento para los consumidores y la industria, garantizando la seguridad y la competitividad. Y avanzó que en septiembre comenzará la negociación de la nueva regulación.

Ruiz-Villar ensalzó la labor del sistema de cosmetovigilancia que tiene por objetivo la seguridad del consumidor. En cuanto al nuevo reglamento, afirmó que las autoridades españolas están preparadas para afrontar la negociación del nuevo reglamento de la UE y defender que el producto cosmético es seguro, aunque admitió que será una negociación complicada ya que el texto incluye «aspectos de gran calado que pueden perjudicar el desarrollo de la industria, como el concepto de esencialidad en la valoración de las sustancias».

Por su parte, Chave, destacó que el espíritu autorregulador de la industria cosmética, así como el carácter pionero de la normativa europea, considerada referente a nivel mundial. Chave expresó su convencimiento de que las autoridades de la UE atenderán las reivindicaciones de la industria cosmética de cara al nuevo texto.

Para mostrar los avances de la industria española en materia de sostenibilidad, actuaron como portavoces Delia García Gómez, directora de sostenibilidad y RSC de L’Oréal; María Antonia Ruiz, directora de sostenibilidad en Puig, y Manolo Donaire, presidente de EFEO (European Federation of Essential Oils). Las directivas de L’Oréal y Puig compartieron las iniciativas que están desarrollando en la optimización de la sostenibilidad de los envases, en la descarbonización industrial, en la gestión del agua y en la eficiencia energética, así como en logística sostenible y sostenibilidad social. Por su parte, Donaire recordó las consecuencias negativas, tanto en el plano económico como en el medioambiental, que provocaría el nuevo reglamento en la industria de los aceites esenciales.

Por último, Verónica Fisas, presidenta de Stanpa, cerró el encuentro resaltando el valor del sector cosmético como un contribuyente vital para la economía europea y reivindicó el papel de España como uno de los mayores productores de cosméticos en Europa, así como su implicación como motor en la generación de empleo y valor positivo a la sociedad.