Marie-Hélène Lair, directora de comunicación científica de Clarins

Marie-Hélène Lair, directora de comunicación científica de Clarins
Marie-Hélène Lair, directora de comunicación científica de Clarins

 

«Innovamos desde el respeto al medio ambiente y a las generaciones venideras»

Hablamos con Marie-Hélène Lair, directora de comunicación científica de Clarins

¿Cuál es su función dentro de Clarins?

Hace cinco años que trabajo en Clarins y 28 años que me dedico a la comunicación científica. Actualmente, mi papel está cambiando de forma importante porque, a nivel mundial, el consumidor está preocupado por la ciencia, la alimentación, la agricultura, la cosmética… Este fenómeno hace que el mensaje, además de informar sobre la innovación, se centre también en tranquilizar al consumidor, aclarando la procedencia de nuestras materias primas, entre otros aspectos.

Además de la comunicación científica, también me ocupo de la vigilancia y ecoconcepción tanto de las fórmulas como del packaging, siguiendo los valores de la Green Beauty, en su concepción inglesa: crear fórmulas respetuosas con el medio ambiente y con la salud.

¿Es fácil comunicar los aspectos científicos de la cosmética?

Es complicado definir lo que es la innovación permanente, sobre todo explicar cómo, año tras año, vamos mejorando. Pero esta innovación permanente implica también crear nuevas fórmulas más respetuosas con el medio ambiente y con las generaciones venideras.

Estoy muy contenta del trabajo que desarrollo en Clarins porque me permite sacar a la luz el ADN de la marca, que desde hace 60 años lleva a cabo numerosas acciones de mecenazgo, protección del medio ambiente, comercio justo, etc, y es un placer resaltar toda esta labor.

Me molestaría trabajar en marcas oportunistas que defienden cuestiones que hace poco no les preocupaban, llegando incluso a maquillar su trayectoría. En el marco de la comunicación al consumidor, puede ser peligroso difundir un discurso que no concuerda con la historia verdadera de la marca.

La ciencia evoluciona pero hay que tomar este proceso con humildad y respeto al medio ambiente y a las generaciones venideras. Este es nuestro objetivo en Clarins e intentamos llegar a él de la mejor forma posible, aprendiendo en el camino, igual que cuando uno educa a un hijo.

¿Cuáles son los valores de Clarins?

Estoy muy orgullosa de trabajar en Clarins porque son los valores de una familia, no los de un holding económico, con los que me siento identificada. Necesito afectividad y emociones, y desarrollar cremas implica eso, desarrollar emociones.

En Clarins, no vamos a lanzar cremas que no tengan una eficacia y sensorialidad garantizadas porque, más allá de la belleza de las mujeres, nos preocupa la salud de la piel, su luminosidad, no se trata únicamente de buscar la rentabilidad. Cuando necesitamos conseguir una planta, vamos allí donde se encuentre, sin importar el coste, y procuramos desarrollar comercio justo para instaurar un modelo win-to-win con la población local y contribuir a crear una comunidad sólida. Por lo tanto, estos son unos valores que diferencian a Clarins del resto del mercado.

Otro aspecto importante es que esta casa se toma el tiempo necesario para desarrollar el mejor producto (en el caso del nuevo lanzamiento, han sido cuatro años), cosa que no sucede en las grandes compañías, cuyos accionistas exigen un retorno de la inversión en mucho menos tiempo.

¿Cuáles son las principales líneas de investigación cosmética actualmente?

En nuestros laboratorios tenemos a cien expertos trabajando en distintas direcciones: la hidratación, la prevención del envejecimiento, el envejecimiento en sí y los productos solares. Aparte del científico, otro enfoque de nuestra investigación es sociológico, el estilo de vida. A esto se suman las nuevas tendencias, como la contaminación, en su sentido amplio, englobando las partículas del ambiente o el polvo, los rayos ultravioletas, la luz azul y el polen, que es el eje de investigación prioritario. De hecho, Clarins es pionera desde 1991 en utilizar una fórmula con un complejo anticontaminación.

También llevamos a cabo una investigación transversal, el estudio de las plantas, al que aplicamos un enfoque de bioinspiración.

Flor de castaño y castaña, ingredientes clave de Nutri-Lumière.

¿En qué consiste la bioinspiración?

Clarins se inspira en las soluciones de supervivencia que la naturaleza ha utilizado a lo largo de los años. Desde hace 3.800 millones de años la vida existe y desde entonces hay un montón de especies que han desaparecido, pero otras han sobrevivido.

Esta supervivencia ha seguido tres métodos: el primero, cambiar de forma y adaptarse al medio. Un ejemplo es el girasol, cuyo tallo largo y flexible permite que la flor pueda girar y captar la energía del sol. Hemos aprovechado esta flexibilidad incluyendo moléculas del tallo del girasol en la fórmula de Extra-Firming para cuello y escote.

Otro método son los mecanismos: por ejemplo, en nuestros productos anticontaminación utilizamos lampsana, una planta que sobrevive en las autopistas a pesar de la contaminación.

El tercer método es el ecosistema, como los bosques tropicales, donde todas las especies se autoalimentan como en una economía circular. La harungana procedente de Madagascar, es la primera planta que se reproduce en suelo quemado: lo regenera y produce sombra para el resto de plantas que crecen alrededor. La hemos utilizado para la regeneración de la piel en la línea Haute Exigence y también la hemos incluido en el nuevo lanzamiento.

¿Qué investigación está detrás de la nueva línea de la marca?

En Clarins escuchamos a nuestras madres. Nos decían que Haute Exigence es muy eficaz pero que  tenían que reaplicarla a lo largo del día. Por eso nos propusimos generar una crema más nutritiva, para las mujeres de más de 60 años. Quisimos investigar cuáles eran las características especiales de estas mujeres. Cogimos un grupo de 100 mujeres, 50 que parecían más jóvenes y 50 que parecían más mayores, con una diferencia de 10 años en la edad percibida. Junto con los dermatólogos analizamos los parámetros que diferenciaban a los dos grupos. Aparecían todos los signos de la edad, pero el más diferenciador era la pérdida de luminosidad. Las biopsias de la piel de mujeres entre 60 a 80 años revelaron dos cosas: primero, los capilares sanguíneos no estaban en muy buenas condiciones y, segundo, hay menos moléculas para aportar a través del flujo sanguíneo todos los elementos nutrientes a las células. La conclusión es que a los 60 la piel es más frágil y los nutrientes de nuestra alimentación no llegan a las células.

¿Y la solución es Nutri-Lumière?

Así es. Su textura única de aceite en agua se convierte en una textura extremadamente ligera cuando se aplica sobre la piel. Deja un velo muy suave por la manteca de karité y el aceite de jojoba. Contiene todos los activos antiedad de la familia Haute Exigence y, además, hemos seleccionado la planta capaz de aportar el extra de luz que necesita la piel. Conocíamos el árbol del castaño, cuyo fruto utilizamos para la reducción de las bolsas, porque repara los capilares del contorno de los ojos. Con este fruto habíamos encontrado la respuesta a nuestra necesidad de mejorar la circulación sanguínea, pero nos faltaba encontrar otra molécula que llevara los nutrientes desde la sangre a las células de la piel. Ya que estábamos estudiando el fruto del castaño, decidimos analizar otras partes, así que nos centramos en la flor. Encontramos un proveedor de flores que trabaja en el centro de Francia, en un parque regional que produce flores de castaño bio destinadas a infusiones. Lo que hicimos fue analizar las moléculas de la flor del castaño para descubrir cómo transportaba los nutrientes  desde la sangre hasta la células. Lógicamente con la combinación del fruto y de la flor tenemos los capilares reparados y los nutrientes que podemos aportar a la piel, con el consiguiente resultado de una piel con más luz.

Clarins presenta Nutri-Lumière como un tratamiento dirigido a la generación Silver. ¿Qué es lo que distingue a esta generación?

M-H.L. La generación Silver, llamada así por el color plateado de su cabello, es apasionante. Es una mujer que se respeta a sí misma, sinónimo de serenidad y armonía entre la belleza interior y la exterior. En su rostro se puede leer cómo ha sido la vida de estas mujeres, con sus emociones y sus dificultades. Es una generación que no engaña. La verdadera belleza procede del equilibrio, de saber envejecer respetando el cuerpo y los valores propios. Sabe controlar sus miedos, asumir su vida, sabe relativizar y hacer que le resbale lo que no tiene importancia. Eso es la belleza de la generación Silver.

Hemos tenido la suerte de contar con una embajadora, una mujer maravillosa que es más guapa en persona que en la pantalla, que encarna esta belleza asumida, con sus arrugas, su cabello gris, sin botox, sin lifting, donde predomina la armonía entre lo que es el rostro y el cuerpo, donde se percibe la flexibilidad que da el hacer ejercicio cada día, una belleza que es más cautivadora que la de los 30 años, es tener elegancia psicológica, una elegancia fluida, la sabiduría de quedarse con lo bueno y eliminar lo tóxico.

Nutri-Lumière agrupa cuatro productos: crema de día, emulsión, crema de noche y loción. ¿Por qué se ha elegido integrar la loción en este protocolo?

La loción es un producto inspirado en la rutina de cuidado facial de las japonesas, conocidas por tener una piel extremadamente jugosa, pulposa y redensificada.

Como a partir de los 60 la piel se vuelve más y más fina, la loción la refuerza y redensifica, además de prepararla para recibir todos los beneficios de los tratamientos. Es un paso suplementario entre la limpieza y el tratamiento que nos parece muy adecuado introducir en la rutina de las europeas.

Esta entrevista es un extracto de la publicada en la edición en papel de NEWSFRAGANCIAS nº 78