Si hace unos años era frecuente encontrarse perfumes falsificados en top manta y mercadillos, ahora hay una vía más que se suma a este fraude, las redes sociales. Según advierte Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería), las falsificaciones de fragancias crecen a un ritmo alarmante en el entorno online. Los consumidores deben ser conscientes de los riesgos que entraña comprar perfumes en distribuidores no autorizados, ya que con esta práctica, no solo sostienen a las mafias, sino que ponen su salud en riesgo.
Perfumes falsificados, el fraude se camufla en el comercio online
Tanto Stanpa como las autoridades policiales encargadas de detectar falsificaciones y fraudes alertan a los consumidores de los peligros que corren adquiriendo perfumes en distribuidores online sin garantía. Los falsificadores de fragancias aprovechan la visibilidad que les brindan las redes sociales para comercializar productos de perfumería fraudulentos que hacen parecer originales. Actualmente, el 50% de las falsificaciones de perfumería y cosmética se venden a través de redes sociales.
“La principal recomendación es huir de ofertas que parezcan demasiado atractivas en ciertas redes sociales o web que no revistan un carácter de operador económico legal”, recomienda Miguel Lorite Herrera, teniente de la unidad técnica de policía judicial de la guardia civil.
El consumidor debe tomar conciencia de los peligros que conlleva comprar perfumes y cosmética en distribuidores no oficiales:
- Un perfume o cosmético falsificado no ofrece garantías sobre su composición y etiquetado.
- Las fragancias y cosméticos falsificados ponen en riesgo la salud, puesto que no han pasado los controles necesarios para garantizar que su composición es segura e inocua para el organismo.
- La economía sumergida que promueven las falsificaciones alimenta estructuras mafiosas y criminales y conlleva graves pérdidas económicas y de puestos de trabajo.
En concreto, se calcula que la Unión Europea pierde alrededor de 4.700 millones de euros de ingresos cada año, lo que equivale al 7,8% de sus ventas totales, como consecuencia directa de las falsificaciones de perfumes y cosméticos.
“Las falsificaciones se perfeccionan cada vez más, con lo cual la confusión del consumidor es mayor”, advierte Lorite que pone en valor la colaboración con las marcas. “En nuestras inspecciones e investigaciones solemos trabajar de la mano del sector privado, que nos asesora en la detección de ciertos elementos del embalaje o el etiquetado que nos permiten identificar una infracción contra los derechos de propiedad industrial”, explica.
Los perfumes falsificados producen graves pérdidas económicas y ponen en riesgo la salud
Según Stanpa, el sector español de la perfumería y la cosmética pierde un 16% de sus ventas anuales por las falsificaciones, lo que se traduce en casi 1.000 millones de euros al año y la destrucción de 8.000 puestos de trabajo. Estas pérdidas sitúan a España como segundo país de la Unión Europea más impactado por las falsificaciones sobre la actividad del sector.
Además de las pérdidas económicas, las falsificaciones dañan la imagen de las marcas. Por ejemplo, en un perfume original se pueden encontrar más de 80 componentes, mientras que en uno falsificado, la fórmula no tendrá más de 20 o 25 y de una calidad muy inferior a los originales. Además, en la composición de productos fraudulentos se puede encontrar etanol industrial (anticongelante de coches). Este tipo de productos tampoco cuenta con protección ultravioleta, por lo que su descomposición puede producir sustancias que ponen en riesgo la salud del consumidor.
Pilar García, directora técnica de Stanpa, explica que los perfumes falsificados son un fraude, ya que contienen en su mayoría agua, hasta un 50%. «Además, suelen enmascarar la presencia de algunos componentes aromáticos básicos como el geraniol o el citrol en su fórmula, que vienen a sustituir a otros ingredientes naturales, para engañar al consumidor”, sostiene García.
Otro problema añadido es la responsabilidad con el medio ambiente, un aspecto que los fabricantes autorizados tienen cada vez más presente en sus modelos de producción y que, en el caso de perfumes y cosméticos falsificados, no se puede verificar.